FAQs

A la hora de elegir materiales de construcción, es importante orientar la elección hacia una solución que equilibre las opciones medioambientales y económicas. La mejor forma de conseguirlo es pedir al fabricante o distribuidor información sobre su origen, los impactos asociados a su uso y las recomendaciones cuando se convierte en un producto obsoleto, es decir, en un residuo. Recopilar información podría incluir, por ejemplo, preguntar por las materias primas (si son renovables o no), de qué país procede (si implica mucho movimiento/transporte), si los procesos utilizados en su fabricación son tecnologías limpias, si tiene componentes peligrosos, si tiene impacto en el medio ambiente o la salud pública, el comportamiento del material (ficha técnica), qué hacer y qué hacer con el material cuando se convierte en residuo. Hay fabricantes más sensibilizados que ya facilitan parte de esta información en el momento de la compra. Otros incluso certifican los materiales, como algunas maderas. Hay otros fabricantes que aplican criterios medioambientales en el proceso de fabricación, como la adopción de un sistema de certificación medioambiental de la empresa (ISO 14001 y EMAS). Cualquiera de estas opciones garantiza que se han tenido en cuenta los aspectos medioambientales durante la fabricación del producto y que se ha procurado minimizarlos. Para ayudarle a elegir productos ecológicos, consulte nuestra base de datos de productos ecológicos seleccionados, teniendo en cuenta su evaluación de sostenibilidad.

It is essential to check if the material we are selecting to use as insulation has a good behavior (technical characteristics). Next, the impacts associated with its use should be assessed, both in terms of environmental impacts and in terms of public health impacts. To this extent, one should always look for a material that does not present negative effects on health (such as asbestos, which is considered carcinogenic). On the other hand, one should always opt for more environmentally friendly materials (which are manufactured with renewable resources, which are produced using cleaner technologies, which are recyclable, etc.) such as cork.

Cuando queremos elegir el tipo de marcos de ventanas a instalar, a menudo surge la pregunta de qué material usar. Lo fundamental a tener en cuenta a la hora de elegir un marco de marco es, sin duda, la capacidad de aislamiento acústico y térmico. Esto es crucial si queremos hacer una opción basada en la calidad de la solución a implementar. Los materiales que cubrimos aquí para los marcos son madera, aluminio y fibra de vidrio, aunque existen otras alternativas. Actualmente ya existen algunas soluciones en el mercado que combinan algunos de los materiales más comunes, como el marco de madera recubierto con aluminio en el exterior. La elección de cada uno de estos materiales a menudo tiene que ver con el aspecto estético o económico, ya que cualquiera logra un rendimiento térmico o acústico muy similar. Siempre se debe considerar la aplicación de doble acristalamiento con acristalamiento de 6 y 4 mm y una caja de aire entre ellos de 12 mm. Así, haremos un breve análisis del material respecto al aislamiento térmico y acústico: Comportamiento en relación al aislamiento térmico y acústico: tanto la madera como el aluminio con corte térmico y los marcos de fibra de vidrio tienen comportamientos similares; En el caso de marcos exteriores muy expuestos a grandes variaciones climáticas, resulta que se logra un mejor comportamiento con la innovación de los marcos de fibra de vidrio.

El aislamiento térmico debe colocarse en medio de una pared doble, siempre al lado de la tela de la pared interior, o en el exterior de una sola pared. La pregunta que generalmente surge en cualquier caso es si el aislamiento acompaña efectivamente a toda la pared. A menudo el aislamiento se coloca a lo largo de la pared, pero cuando llega a los elementos estructurales (vigas y pilares) se interrumpe, proporcionando así, en esta área no aislada, intercambios de aire con el exterior (puentes térmicos), que a su vez dan lugar a condensaciones, promoviendo la aparición de mohos. Por lo tanto, es esencial aplicar aislamiento térmico continuamente.

Cuando hablamos de material aislante para edificios tenemos que tener en cuenta que este es un material impermeable al agua pero permeable al vapor de agua, por lo que el edificio queda protegido, pero no asfixiado, es decir, es muy importante que lo dejemos respirar. Y la razón es simple: en el interior de cualquier edificio se producen vapores que conducen a una acumulación de agua, si se les impide salir a través de una capa impermeabilizante (impidiendo su difusión al exterior), el vapor no encuentra otro camino que el del retorno al interior, es decir, produce condensaciones. Cuando hablamos de materiales aislantes para edificios, respetuosos con el medio ambiente, tenemos que considerarlos según su efectividad con respecto a la vida útil de la construcción, así como, y no menos importante, según el ciclo de vida del material en sí.

Son procesos de construcción diferentes. La doble pared está equipada con una caja de aire entre dos paños de pared que tiene como objetivo preservar la pared interior (que está en contacto con el interior de la casa), completamente seca, concentrando la humedad proveniente tanto de la casa como de la calle en el espacio intermedio, siendo fundamental que haya en este espacio una solución constructiva conectada a las dos paredes que permita el flujo de las aguas que penetran allí, ya sea por lluvia o por condensación, para que la pared interior nunca esté mojada. Este espacio además de ser drenado debe estar ventilado. La pared simple consiste solo en un solo paño de pared que, si se aísla del exterior es muy eficiente energéticamente, mantiene la temperatura a niveles adecuados e indirectamente evita la condensación de vapor en las paredes debido a temperaturas demasiado bajas. Este método permite una reducción significativa del espesor del muro y también la posibilidad de adaptar o modificar el aspecto exterior de la fachada.

El aislamiento es esencial cuando queremos lograr una construcción energéticamente eficiente. Esto se debe a que no sirve de nada calentar una casa cuando tenemos grandes pérdidas térmicas a través de las paredes sin aislamiento. Es decir, el objetivo es tener el aire interior a una temperatura agradable y luego mantenerlo. Para que podamos mantenerlo a una temperatura constante no podemos dejarlo salir, lo que se consigue mediante el uso de aislamiento. El aislamiento debe aplicarse desde el exterior en el caso de paredes simples, o colocarse en la caja de aire junto a la tela interior en el caso de paredes dobles. Ahora veamos: cuando calentamos el aire de un espacio interior calentará la masa que compone la pared y poco a poco la atravesará, cuando termine su recorrido se enfrenta al aislamiento que no la deja salir manteniendo la pared caliente y consecuentemente el aire interior a una temperatura constante. Además, la aplicación del material aislante por el exterior de la pared consigue menores amplitudes térmicas en la pared, no dejando penetrar el exceso de calor (en días calurosos de verano), ni el frío (en días muy fríos de invierno) y además la protege frente a los agentes atmosféricos, consiguiendo así un menor deterioro del material que la constituye. Por estas razones, el aislamiento no debe colocarse en el lado interior, ya que además de no proteger la pared no dejaría que la temperatura de confort penetre y almacene.

Sin duda, la mejor y más ventajosa orientación de una vivienda, siempre teniendo en cuenta la eficiencia energética, será la orientación Sur, ya que permite tanto importantes ganancias solares como el control total del sobrecalentamiento a través de protecciones externas. Lo ideal sería poder devolver toda la casa hacia el Sur, lo cual será factible, si hablamos de edificios de viviendas multifamiliares – edificios de apartamentos, donde no será difícil encontrar algunos incendios orientados solo al Sur, pero cuando se trata de una casa la situación es complicada, porque los factores que influyen en la colocación de los vanos de un edificio son variados: la vista, las necesidades de aireación y ventilación, e incluso factores estéticos. En este contexto, dejamos aquí solo algunas sugerencias para aprovechar la calefacción/refrigeración pasiva (a través de la energía solar): Adyacente a la fachada norte, que en principio debe ser ciega o contener el mínimo absolutamente necesario de ventanas, los anexos secundarios, como garajes, almacenes, etc., deben orientarse para lograr una mayor protección térmica. En caso de que el terreno lo permita y sea inclinado, la fachada norte también debe protegerse mediante una pendiente o terraplén. Por lo tanto, se debe dar prioridad al Sur, a las funciones principales, es decir, a la mayor superficie habitada, para que en invierno se puedan asegurar las ganancias solares indispensables para contribuir a mejores condiciones térmicas y bienestar (salud y confort), asegurando que la fachada al Sur tenga derecho al sol en su totalidad. Esquemáticamente una posible orientación sería: – Norte: Garaje, trasteros, vestíbulos, circulaciones, con pocas o ninguna abertura hacia el exterior; – Este: Dormitorios, con ventanas pequeñas o medianas protegidas del exterior por viseras verticales o persianas, para evitar en verano el deslumbramiento / sobrecalentamiento por la mañana; – Sur: sala común, grandes ventanales, protegidos por palas exteriores horizontales o persianas y ubicación de un invernadero, si se desea; – Oeste: cocina, office, ventanas pequeñas o medianas, protegidas por palas o persianas verticales externas, para evitar en verano el deslumbramiento/sobrecalentamiento al final del día.

Para empezar, debe tener en cuenta esta afirmación desde la etapa de diseño, ya que es lo principal para que aguas abajo tenga un hogar más sostenible. En primer lugar en la fase de estudio preliminar es necesario tener en cuenta el entorno, es decir, la topografía del terreno, para poder aprovecharlo, así como la vegetación existente, teniendo en cuenta que debemos conservarla y aprovechar si es necesario para técnicas de sombreado, por ejemplo. La exposición solar, si no la más importante, será un factor determinante en la eficiencia energética de la vivienda. En la fase de diseño, siempre debemos apuntar a una iluminación natural de las áreas habitables, equilibrando las proporciones entre las aberturas al exterior (vanos) y las superficies opacas de la fachada. También se debe promover la calefacción y refrigeración pasiva (a través de la luz solar), logrando esto mediante la apertura de vanos acristalados con exposición solar hacia el sur, aprovechando la orientación norte para instalaciones sanitarias, circulaciones y trasteros, sin descuidar el control del deslumbramiento y el sobrecalentamiento, especialmente en las fachadas al este y al oeste. Es muy importante que este control se realice a través de protecciones solares colocadas en el exterior de las ventanas (persianas, persianas, palas o retranqueos en las fachadas), para evitar el llamado efecto invernadero. En la fase de construcción es importante que el aislamiento se aplique de manera efectiva, aislando la casa en su conjunto y de forma continua. Hay, sin embargo, algunos factores más que influyen en la vivienda: la existencia o no de agua en la tierra, que puede ser utilizada para diversos usos, la provisión de tubos dobles para que las aguas de los baños y lavabos aguas grises, puedan ser reutilizadas en las descargas de cisternas. En la planificación de la vivienda siempre se debe tener en cuenta la zona de implantación, y en consecuencia la proporción de terreno a impermeabilizar, así como el buen drenaje del agua que pasaría en el terreno que se va a ocupar. También existe la opción de redirigir el agua a un tanque para aprovecharla para el riego u otros fines.

Las empresas a menudo invierten más tiempo y dinero en tratar de transmitir una imagen verde de sus productos que en buenas prácticas ambientales reales y efectivas. Con este fin, estamos presenciando la certificación de productos con sellos que a menudo pretenden vincular estos productos a la naturaleza sin ser realmente respetuosos con el medio ambiente, como puede ejemplificarse con la imagen de un bosque en una botella que contiene productos químicos nocivos.

La certificación puede ser, sin embargo, una forma rápida y eficiente de descifrar la calidad ambiental de un producto, siempre que sea, de hecho, una certificación acreditada, que evalúe una buena gestión del recurso, desde la fabricación hasta el uso, a través de los procesos que las propias empresas implementan.

El PCS distingue las diversas certificaciones que se pueden aplicar en Portugal y que están debidamente acreditadas por sistemas de certificación creíbles.

Se llama Greenwashing cuando una entidad u organización consume tiempo y dinero en acciones de marketing para relacionarlo con buenas prácticas ambientales en lugar de ejecutar, en realidad, prácticas comerciales que minimicen los impactos ambientales negativos. Podemos decir que esto es un blanqueo de los hechos, pero con un pincel verde. Es por eso que es apodado Greenwashing.

Ejemplos:

  •  El ejemplo más clásico puede ser la empresa que vende energía fósil, pero que anuncia en sus campañas que está trabajando y desarrollando investigación sobre energías renovables, aunque nunca deja de utilizar la energía que causa los mayores impactos ambientales negativos;
  •  O una cadena de hoteles, que se asume verde porque no cambia las toallas de las habitaciones todos los días pero, de hecho, en el back office, hace muy poco para ahorrar el recurso hídrico o ahorrar energía;
  •  O un banco que consume energía desproporcionadamente en sus edificios de servicios, pero en algún momento anuncia que va a plantar árboles, asociándose con una ONG, para ayudar a reducir las emisiones de CO2, cuando en realidad no hay control sobre la iniciativa verde;
  •  O una empresa que se asume por sus buenas prácticas ambientales, utilizando materiales reciclados y facilitando información ambiental sobre el producto que vende, pero que despliega su fábrica o megastore en Red Natura o Reserva Ecológica.

Y muchos otros…

Depende de la orientación de las ventanas, así:

La existencia de protectores solares – dispositivos fijos o móviles, el SUL, siempre debe colocarse por el exterior del vidrio. De esta forma se controla la incidencia del Sol sobre el cristal, evitando situaciones de sobrecalentamiento. Lo mismo ocurre en las orientaciones ESTE y OESTE, pero aquí, si es posible, las persianas exteriores deben estar formadas por persianas verticales, ya que permiten controlar mejor la incidencia del sol, que en estas orientaciones siempre es menor.

Ya el NORTE, fachada que debe ser utilizado para los pasillos, armarios empotrados, o wc, las aberturas cuando sea necesario, deben reducirse al mínimo. Aquí es importante que el vidrio tenga una protección interior, precisamente porque, en la estación fría, solo de esta manera se evita la pérdida de energía (calor) por parte del vidrio.